La realidad demuestra que la demagogia, la hipocresía y la ignorancia no son patrimonio de ningún grupo concreto.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La inmovilidad de lo absurdo

Luchando contra la inmovilidad del pensamiento, que transcurre sin que a nadie le importe. Puede que a mí tampoco. No lo sé, hoy no tengo nada claro.
La esencia que nos define es absurda; todo lo es. Quizás mañana me convenga parar, reinventarme. Me dedicaré a experimentar, a no volver a desperdiciar más el tiempo en nimiedades. Pondré fin a la vida que he llevado hasta el momento, para que todo cambie y ya nada sea igual. Pero, ¿a quién le importa todo esto? A mí no, por supuesto. De lo contrario, dejaría de plantearme la certeza racional de lo absurdo.

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