La realidad demuestra que la demagogia, la hipocresía y la ignorancia no son patrimonio de ningún grupo concreto.

jueves, 22 de abril de 2010

El poder de la impunidad

La verdad siempre debe salir a flote. Mostrarnos sus tripas, sus más oscuras intimidades.

No voy maquillar ni encubrir la realizad, tu realidad. La necedad debe ponerse en evidencia, por si sola. Desterrar y despreciar el enchufismo. Ésta práctica habitual, ese derecho adquirido y admitido. Favor con favor se paga.

¿Que te equivocaste? Jódete. ¿Que lo malinterpretaste? Jódete. No te voy a cubrir, ni limpiar tu mierda. No voy a volver a pasar por ese aro estrecho. Te crees poderoso, te sientes poderoso, pero siempre has sido un estómago-agradecido. Sólo eso. Nada más. Por eso temes a las ideas, a las palabras. Te aterrorizan.

¡Que pasa, que hoy si me saludas porque llevo traje y corbata! Jódete, vulgar potentado. La valía debe prevalecer. Siempre.

No reivindicas el derecho a equivocarte. No. Error. Exiges el poder equivocarte. Poder. El poder de la impunidad. No es lo mismo. Jódete.

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