(...)
-Mira -le dije-, quiero hablar contigo.
Cruzó las piernas.
-Soy escritor -dije-. Estoy acumulando material para un libro.
-Ya sabía que eras escritor -me dijo-. O agente de comercio, o algo por el estilo. Respiras espiritualidad, cariño.
-Pues sí, soy escritor. Me gustas y esas cosas. Estás buena y me gustas. Pero antes quisiera hablar contigo.
Se enderezó.
-¿No tienes dinero, cariño?
Dinero, je je je,. Lo saqué, saqué el fajo de dólares prieto y pequeño. Pues claro que tenía dinero, montañas de dinero, esto no es más que una muestra insignificante, el dinero no es un problema, el dinero no significa nada para mí. (...)
Pregúntale al polvo
John Fante
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