La realidad demuestra que la demagogia, la hipocresía y la ignorancia no son patrimonio de ningún grupo concreto.

miércoles, 11 de enero de 2012

Una oportunidad, mil fracasos


Todo tiene una temporalidad, un límite, pero sigo escuchando los mismos discursos que no puedo tomar en serio cuando están adulterados con alcohol.

Los ladrones de palabras tienen la insana costumbre de vivir de los recuerdos, contaminando los oídos con sus diálogos insulsos. Discursos agotados y mi simpatía enmascarada de la que me cuesta desprenderme; escucho pero no oigo.

Todo lo que me rodea es un motivo más para alejarme y abrazar la soledad, para despreciar al conocido y dejarme seducir por la novedad, aún sin esperanza. Recogo el hastío y mis pedazos desprendidos para deslizarme sobre el escote sugerente de la noche, de cualquier noche, con las seductoras luces oscuras de los bares. Quedo atrapado por los pensamientos insanos al descubrir la mujer de mis deseos en brazos de otro hombre. La eterna lucha por la torturadora búsqueda de ese loco placer efímero, escondido entre lo más profundo de las piernas.

Quedo atrapado. Me rindo a la hipnosis de unos labios gruesos que muerden salvajes el borde de una copa.

Otro embrujo y siempre una nueva oportunidad de condenar al fracaso a toda la raza humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario