La realidad demuestra que la demagogia, la hipocresía y la ignorancia no son patrimonio de ningún grupo concreto.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Calmando la sed

Bébete la copa, Nicole
le dijo con severidad
pero ya no podía beber.

Insistió: le repitió
¡bébetela!, y ella no
respondió.

Su rostro contraído miró
al suelo, observándose a sí
misma, abatida, triste.

Él supuso que ya no le
apetecía, pues había calmado su sed
tragándose sus lágrimas.

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